La palabra “Halloween” significa “víspera de todos los santos”, en referencia a la noche del 31 de
octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos, que se celebra el 1 de
noviembre. Esta fiesta es de origen celta, una cultura anglosajona, y es la
festividad que celebra el Samhain, el fin del verano y daba paso a la estación
oscura.
Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva
vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años junto con la adoración a
su dios el “señor de la muerte”, o “Samagin”, a quien en este mismo día
invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre
otros.
Al pasar al cristianismo los celtas, esta tradición se juntó con el
día de los santos del 1 de noviembre. Entonces empezaron a asustarse con la
muerte y los santos, y se dio paso al concepto de espíritus rondando en la
noche del 31 de octubre.
El intercambio de dulces se integra a Halloween debido a otra tradición.
Hubo una persecución que hicieron los protestantes en Inglaterra (1500-1700)
contra los católicos. Los católicos no podían ejercer ningún puesto público y
eran acosados con multas, impuestos elevados y hasta cárcel. El celebrar misa
era una ofensa capital y cientos de sacerdotes fueron martirizados.
Un incidente producto de esta persecución y de la defensa del
catolicismo fue el intento de asesinar al rey protestante Jaime I utilizando
pólvora de cañón. Sin embargo el “Gunpowder Plot” fue descubierto, y el
proyecto fracasó. Pronto se convirtió en una gran celebración en Inglaterra
(incluso hasta nuestros días). Muchas bandas de protestantes, ocultos con
máscaras, celebraban esta fecha (los primeros días de noviembre) visitando a
los católicos de la localidad y exigiéndoles cerveza y comida para su
celebración amenazándolos.
Se propagó a Norteamérica, y fue evolucionando y mutando con el tiempo.
Se unió al concepto de Halloween, y ahora la gente se disfraza con máscaras y
va a pedir dulces.
La tradición de la calabaza
Cuando esta tradición se expandió a Norteamérica, nacieron las famosas
calabazas. Los irlandeses que emigraron a Estados Unidos y Canadá empezaron a
hacer estas calabazas huecas con diseños de caras, en honor a la leyenda de
Jack el Tacaño.
Este “Jack” era un bandido temible, y la leyenda cuenta que al diablo le
llegó esta historia y quiso saber si este bandido era verdaderamente un digno
rival. El diablo se disfrazó de humano y fue a conocer a Jack a una taberna.
Comprobó que si era un hombre malvado y quiso llevárselo al infierno, pero al
terminar de tomar ninguno tenía dinero y Jack le dijo a Lucifer que se volviera
moneda para pagar, el diablo lo hizo y Jack en vez de pagar se lo metió en la
bolsa donde había un crucifijo.
Para salir Jack pactó con Satanás que no lo molestaría por un año. Así
fue, pero Lucifer volvió por Jack un año más tarde, antes de llevárselo le
concedió un último deseo. El irlandés pidió una manzana de un árbol y Lucifer
lo escaló para bajarla, pero mientras lo hacía Jack hizo una cruz en el tronco
del árbol y Lucifer no podía escapar. Para liberarlo pactó que nunca iría al
infierno.
Entonces, Jack murió, pero no fue aceptado en el cielo por ser malvado,
y tampoco en el infierno por el pacto con el diablo. Así que Lucifer le dio una
candela que Jack atrapó en una calabaza vacía, y vaga por el mundo solo con esa
luz.
Buena información interesante
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